Me Preguntan ¿Cuál es tu Estilo?
Esta pregunta surge esporádicamente, cuando se busca arquitecto en función de un resultado final, a través de imágenes de obras anteriores realizadas por este. Lo primero que hay que decir, en términos puristas, es que es muy fácil confundir el “estilo” con una “estética determinada” (algo que incluso confunden arquitectos). Para ello trataré de ejemplificar según mi criterio la diferencia entre ambas, y porque es mucho mejor tener un estilo que desarrollar una estética.
Primer ejemplo: El “minimalismo” es un estilo ampliamente conocido, que se define básicamente por su simplicidad, reducción en el caso de la arquitectura a lo esencial, lo mínimamente exigible, la nula ornamentación, decoración escasa, etc… Sin embargo, las líneas rectas, la utilización predominante del color blanco, y otros aspectos son ESTÉTICAS del minimalismo. No todo lo ortogonal y blanco es minimalista, y no todo lo minimalista es blanco y ortogonal.
Dos ejemplos muy visuales de la diferencia entre estilo y estética son los siguientes:
1.- Arquitecto Español claramente reconocible definido por una estética, no por un estilo.
Su estética, son edificios magnificentes y faraónicos, caracterizados por la repetición de elementos lineales, el color blanco, el movimiento físico de estructuras, etc, desestimando en el diseño el uso destinado y los lugares del mundo donde se ejecutan. Pueden gustar o no, no voy a valorar esto. Mientras, su estilo, podría definirse precisamente como la carencia de este en pos de una estética iconográfica junto con honorarios elevadísimos. Para mi, esto si es criticable, ya que los diseños de sus edificios carecen de argumentos sólidos, son ficticios, arbitrarios, y no se basan en su situación, entorno, clima, uso, accesibilidad o funcionalidad para las personas. Tan claro es esto, que una vez ejecutado el Palacio de Congresos Princesa Leticia de Oviedo, este mismo arquitecto realizó un proyecto en la zona de “El Vasco” de la misma ciudad, basado en tres torres separadas de gran altura. Llegando a manifestar, que si proyectase de nuevo el Palacio de Congresos diseñaría algo parecido a las torres.
2.- Arquitecto Inglés, que comparativamente con el anterior, se define por su estilo y no por su estética. Por ello es menos reconocible visualmente, tratándose en este caso de Norman Foster.
Su estética se caracteriza porque cada edificio tiene soluciones en consecuencia a distintas circunstancias. Sus proyectos poseen siempre una base sólida argumentativa, desarrollando a partir de ahí su estilo personal, que se basa en la utilización y puesta en valor de tecnologías avanzadas en estructuras, construcción y materiales.(se denomina Hight Tech)
Sería presuntuoso compararme con arquitectos internacionales, sobre todo desarrollando una labor arquitectónica eminentemente residencial unifamiliar. Pero a mi entender, un arquitecto debe realizar sus obras basándose en un ESTILO con argumentos RAZONADOS Y RAZONABLES, no en una estética final. Debe de ser capaz de observar una obra suya en el tiempo (de la que seguramente variaría aspectos o soluciones localizadas debido a la propia evolución y madurez de su formación) y si la volviera a proyectar, apenas alteraría los argumentos iniciales. Mi estilo personal parte de la argumentación de cada aspecto, para posteriormente desarrollar parámetros contemporáneos respecto al estudio de las funciones actuales junto con la desinhibición respecto de formas ortodoxas. A partir de ahí, cada estética es diferente dependiendo de los promotores, entorno, y sobre todo desgraciadamente, de las normas urbanísticas estéticas imperantes en cada lugar que coartan la creatividad.
Un Saludo
La verdad es que es un tema complicado pero lo has explicado muy bien. Enhorabuena!!